domingo, 3 de diciembre de 2006

Endorfina, la portadora del placer



Sin la Endorfina, probablemente las relaciones sexuales no serían placenteras. Este neurotransmisor es nombrado como un afrodisíaco que eleva los niveles de Dopamina, que a su vez refuerza el impulso sexual y trae olas de placer en el cuerpo.

Denominado Endorfina, proviene de los términos endógeno y morfina. Significa la morfina que se origina o nace del interior.

Se genera dentro de tu cuerpo. Algunos la catalogan como polipéptidos, otros como neurohormonas. Son los mensajeros químicos que ayudan a las funciones tanto de neurotransmisores como de las hormonas, abriéndoles el camino o generando las "carreteras biológicas".

Los neurotransmisores son los compuestos químicos que transmiten información a través del cerebro. Dependiendo del neurotransmisor producido, se inhiben o promueven ciertas reacciones que son vitales para el funcionamiento síquico y físico del cuerpo.

Juega en el mismo "equipo" que la Dopamina. La Endorfina es fundamental para crear sensaciones de placer en el cuerpo humano. Es más, algunos la llaman la portadora del placer.

Otra manera de describir su propiedad es que la Endorfina trabaja junto con la Dopamina, abriéndole los caminos al placer. No sólo son muy parecidos químicamente a la morfina, llegando a interactuar con los mismos receptores en el cerebro, sino también a la heroína, al reemplazar el dolor con la euforia.

Además, la Endorfina actúa como el tranquilizante natural del cuerpo humano, disminuyendo el estrés y permitiendo un estado de ánimo conveniente para gozar plenamente de la sexualidad. Es la Endorfina, al abrir las "carreteras" biológicas para el paso de la Dopamina, la que hace que los amantes -al estar juntos y sentir placer- busquen más contacto.

La primera vez que llamó la atención pública fue cuando se la relacionó con "la euforia del corredor", una excitación natural que se genera al efectuar ejercicios aeróbicos y que, en realidad, responde a que el cuerpo eleva el nivel de Endorfinas y Dopaminas.

Como resultado, se notó que el dolor físico era reemplazado en los atletas por sensaciones de optimismo, júbilo y bienestar general que se prolongaban aún después de concluida la actividad.

Después, investigaciones neurológicas determinaron que el cuerpo produce Endorfina para contrarrestar dolor y ante estímulos de placer.


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